Muchos de los adornos que tengo tienen un valor sentimental muy fuerte para mi porque me los han regalado mis hermanos y mis amigas.. y cada año revivo ese recuerdo al empezar a abrir el montón de preciosas cajas de cartón.
Mi árbol lo compré hace ya 20 años cuando trabajaba en una tienda de reformas y la propietaria decidió comprar un par para decorar la tienda. Aproveché la ocasión y también compré el mio porque me salía más barato. Fue uno de los primeros árboles sintéticos que sasacron. Era igual a los naturales porque las ramas eran muy frondosas y llevaba una peana más elegante que las que se vendían por aquel entonces. Recuerdo que costó unas 15.000 pesetas (que era bastante dinero entonces) y también compré una enorme tira de luces con diferentes posiciones y música que era la novedad del año. He de decir que ha sido la mejor inversión de mi vida porque después de 20 años el árbol sigue estupendo y las luces aún funcionan aunque hay alguna fundida. Pero lo más sorprendente de todo es que aunque lo compré en una tienda muy pija que se llamaba Vidosa (que ya no existe) estaba todo hecho en la China.
A mi siempre me ha encantado la Navidad y todo lo que estas fechas conlleva. Me gusta pasar horas buscando regalos para mi familia aunque a veces no acierte con el regalo... me gusta ver las luces de la calle; los villancicos que hacen que vuelvas a tu infancia; el belén que no puede faltar en ninguna casa; las comilonas con la familia donde el turrón y los exquisitos polvorones y mantecados hacen que te endulces la vida un poco más; y por supuesto... la magia de Santa Claus ese abuelito gordito que vive en el Polo Norte y tiene una fábrica de juguetes con elfos que cada año el día 24 de diciembre monta su trineo guiado por renos con Rudolf a la cabeza iluminando el oscuro cielo con su nariz roja.
Para la mayoría de la gente es una época estresante donde sólo se piensa en el consumismo; donde se mira si has recibido un regalo mejor del que te han hecho... para mi la Navidad es dar a las personas que quieres algo, que aunque no sea de mucho valor porque todo está muy caro, que les haga contentos y que a la vez les recuerde que tú estás ahí.
Por supuesto también me gustan los Reyes Magos pero su aspecto es más serio comparado con Santa. Pero eso sí, me encanta ir a ver la Cabalgata de Reyes cada año. Es fascinante y muy emotivo ver las caras de todos esos niños rebosantes de alegría esperando que esa noche les traigan aquellos juguetes que les han pedido.
Es una lástima que ya muchos niños han perdido la inocencia y la ilusión por todo lo que la Navidad trae de bueno.
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