COMIDITAS, La Ilusión

 

Blister de comiditas La Ilusión

Años 70

Fabricado en Muniesa (Teruel).

Esta semana mi amiga Elena me ha regalado un blister de comiditas de los años 70 de la marca La Ilusión. Casualmente yo compré uno hace unos meses pero aún no lo he abierto ya que las cositas son demasiado grandes para mi cocinita Juyco.

También compré este blister que sí que me sirve para la cocinita:

La Ilusión fabricó muchos modelos de cacharritos y comiditas, camiones, soldaditos, etc. todo en plástico.
La economía del pueblo se basa fundamentalmente en la agricultura y en la ganadería, ya que su principal industria, la fábrica de juguetes «La Ilusión», que exportaba gran cantidad de juguetes a diversos puntos de España, cerró a principios de los 90.

He encontrado una entrevista que le hicieron al propietario de la empresa que se llama José Julián Gimeno. En la entrevista explicaba que empezó como dependiente de comercio en Zaragoza, se casó con una chica de su pueblo y tuvo un comercio de tejidos y confección. El comercio fue mal y cogió una representación de juguetes de plástico y le enseñaron a viajar por toda España. Les dijo que quería montar una fábrica en Muniesa y en 1966 la instalaron y empezaron a fabricar juguetes bajo su dirección.
Valiéndose de sus viajes a ferias por el mundo, copiaba la idea y  las aplicaba a sus diseños, con un taller de matricería. Las pasaba a fabricación y los presentaba a sus clientes el juguete. Fabricaba con 16 máquinas, 18 hombres y 7 mujeres, y en los propios domicilios ensamblaban. Vendían mucho. Hubo años que doblaron ventas, Incluso llegó a exportar a Italia.
El juguete estrella fue un camión basculante llamado T-47, porque era su número de teléfono.
También fabricaron unos guantes en la época de Urtain, tamaño niño, y los vendía a los fabricantes de caramelos, que los rellenaban. Se vendían como churros. También tuvieron éxito los indios y vaqueros. 

En los 90 cerró la juguetera La Ilusión, que durante años generó una actividad importante en la zona. El Sr. Iranzo recuerda cuando era pequeño e iba a Muniesa desde su Barcelona natal. “Entonces, siempre que andabas por la calle veías a las abuelas a la hora de la fresca en la calle “haciendo plastiquitos”, como decíamos nosotros, recortando bordes y todo tipo de tareas derivadas de la actividad de la fábrica de juguetes”.
El motivo del cierre fue la llegada de artículos chinos muy parecidos y más baratos, hecho que hizo que le empresa no pudiese competir. Hoy en día, sólo quedan las naves vacías en Muniesa.